domingo, 1 de noviembre de 2009

Un saludo, estimado paciente

Bienvenido a nuestra pequeña sala de operaciones.
La decoración es austera, y el mobiliario desprende más olor a viejo que a antiséptico; pero destila el encanto y la esperanza de los pequeños negocios. Siéntate, pues, en nuestra sala de espera, y relájate. Ponte en nuestras manos, mientras nosotros afilamos nuestros bisturís.
El título de este blog no es arbitrario ya que, en un mundo donde el parecer cobra una cada vez mayor importancia frente al ser, la cirugía plástica y la publicidad no parecen ciencias tan distantes. Ambas mejoran, en principio, la imagen externa de personas o marcas; ambas son consideradas como necesarias por quienes se benefician de ellas. Y, seamos sinceros, ambas transmiten cierta desconfianza. ¿Cuántos anuncios has visto, cuántas promociones conocido, intentando buscarle la trampa al juego? Y todo aquél que alguna vez haya sufrido una operación en sus carnes o en las de alguien cercano (y no necesariamente para mejorar su imagen), conoce bien la desconfianza a esa gran variable externa que nos da tanto miedo precisamente porque no la podemos controlar: El pulso del cirujano.
Un buen cirujano nos puede salvar; uno malo sin duda nos condenará. Y, una vez más, con la publicidad ocurre igual.
Nosotros lo haremos lo mejor que esté en nuestras manos, pero eso sí: te advertimos de que no siempre te agradaremos. En ocasiones seremos creativos, divertidos incluso. Te contaremos historias y comentaremos anuncios particularmente graciosos. También curiosidades cotidianas. No obstante, también las habrá en que seamos críticos e hirientes; pues un bisturí, como una pluma, puede emplearse tanto para crear como para destruir. Y no se puede contentar a todo el mundo.
Pero pasa, pasa a nuestra sala. Ponte cómodo. Los bisturís ya están a punto. Observa sus amenazadores destellos mientras la anestesia hace efecto. Cierra los ojos, y cuando vuelvas a abrirlos, serás una persona nueva. Y tranquilo. Nuestro pulso no fallará. Esperemos.

1 comentario:

  1. ¿Cuándo van a empezar las operaciones? Espero que no hayas perdido el pulso, porque creo que tienes mucha medicina que enseñarnos. Venga que habrá muchos pacientes esperando el momento. ¡Animaté!

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